Guía práctica para no sufrir de amor
De la primera de aquéllas me siento bastante separado; de la segunda, es decir, de la mía, naturalmente amigo; de la tercera, nuevamente separado; de la cuarta, que comprende los nombres de reciente cotización en el mercado intelectual, nuevamente amigo… No se trata, claro, de un sentimiento de raíz personal, que nada significaría. Y muy especialmente, de la sustitución de unas actitudes por otras, ante la cuestión del vejamen o primacía de la Inteligencia; que es la gran cuestión en nuestro Occidente, desde el proceso de Sócrates; y, dentro de la cual, si representó un turno contra Sócrates, trajo un turno en pro. Y, otro en contra. Y, otro en favor. En Barcelona, la significación de mi esfuerzo pertenece, usted lo sabe, a la historia. En Madrid, a la crónica. En París, al acervo de las novedades.